
No es exagerado decir que la ermita que usted va a visitar ahora es la más conocida y acaso también la más hermosa de toda nuestra provincia. De manera concisa queremos informarle al visitante de los principales hechos de la historia y de la construcción de esta secular vivienda de ermitaño.
Nos remontamos al año 1688 cuando el señor del castillo de Schaloen, el conde Gerard Hoen de Cartils, hizo construir la ermita y la capilla en el Schaesberg, probablemente en el mismo lugar donde desde hace siglos se encontraba una cabaña de guardabosque. El pequeño edificio se hizo de marga.
Desde el principio se instalan en este alojamiento devotos ermitaños para pasar los días en oración y ascetismo, rodeados de una naturaleza virgen. Desde aquel año, 1688, hasta 1930, o sea durante más de tres siglos y medio, la ermita ha estado habitada continuamente por uno o más ermitaños. Se conocen los nombres de todos (16 en total). Aquí sólo se mencionan los siguientes: Laurens Plum, el primero; Arnold Haesen, enterrado en la capilla, igualmente que Plum, y en tercer lugar, el más famoso y legendario ya durante su vida, Hendrikus Weerts, quien vivió aquí entre 1860 y 1899, y quien por cuatro años había servido de zuavo en el ejército del Papa.
Luego, en 1930, después de haberlo abandonado el último ermitaño, paulatinamente el edificio comenzó a decaer. En 1975, por la iniciativa del círculo “Veldeke” de Valkenburg, se inició una restauración rigurosa, la que resultó en el hecho de que el edificio se volviera más hermoso que nunca. Tanto el bosque en derredor como la ermita pertenecen a la propiedad de la Asociación para la Conservación de Patrimonios Naturales. Actualmente la administración y la conservación están en manos de la Fundación “Sjaesbergergangk” de Valkenburg.
Ahora el visitante encuentra un pequeño edificio que consta de cuatro partes: un coro con ábside, la nave de la capilla y dos cuartitos sencillos con ático. Uno de los cuartitos tiene sótano. Probablemente, las partes más antiguas son el coro y el ábside. Las demás partes datan de fechas posteriores. A través de los tiempos, el pequeño edificio ha sido “renovado” repetidamente, las más veces por el habitante mismo. Por aquel entonces el jardín de al lado lo mantenía el ermitaño mismo. En un bello sitio pintoresco, al aire libre, debajo de los árboles, se encuentra un vía crucis, erguido en 1843 y restaurado en 1976.
Del interior cabe mencionar dos tumbas que datan de 1706 y 1764, respectivamente, y que se encuentran en la pared entre el coro y la nave; la cruz grande de madera de un metro cincuenta de altura, que probablemente data del siglo XVI; el vía crucis interior del siglo XIX, y los frescos del techo, de los cuales los de la nave datan de 1715 y los del ábside han sido pintados en 1903 por el habitante de entonces, Clemens Salingré. A lo mejor lo más interesante son las pinturas murales que se ven detrás del altar y que aparecieron en 1975, datadas a eso de 1700.
Conforme a la devota tradición, el ermitaño se mantenía con lo que cultivaba él mismo y con lo que le traían los campesinos de los alrededores. Al atormentarle demasiado el hambre, el asceta se lo hacía saber a los habitantes del valle mediante campanadas. El visitante que, al ver este hermoso edificio en este ambiente tan singular, tenga la necesidad de saber más sobre la historia y las vicisitudes de esta ermita y sus habitantes, diríjase al vigilante para obtener un folleto más detallado.
Objetivo de la Fundación
La Fundación “Sjaesbergergangk” de Valkenburg tiene como objetivo el fomento de la conservación de objetos, tanto construidos como no construidos, que desde la perspectiva de la historia, el folclore, el estilo o la ubicación sean característicos o tengan importancia para el lugar o la comarca donde se encuentran.
Traducción: Robbie van Gerwen